“No podemos negar que venimos de los
árboles. Fueron nuestro lugar de juego, alimento y vivienda; son
nuestros ancestros”, así lo afirma Fernando Urbina Rangel, filósofo de
la U.N.
Este profesor jubilado del Departamento de Filosofía de la
Institución, donde estudió en 1959 y luego enseñó entre 1963 y 2014, es
un conocido estudioso del llamado Árbol de la Abundancia, un mito que
aborda el origen de la Amazonia.
“La historia cuenta que si uno se eleva en el territorio, observa una
realidad en forma de árbol. Eso lo captaron los nativos y lo
depositaron en un mito denominado ‘Monilla Amena’, que significa árbol
de alimento”.
Este nombre viene de la comunidad uitoto, que habita el sur del
departamento del Amazonas y habla diversos dialectos, según la zona en
la que se encuentren. El relato se refiere a un árbol que proveía
alimento y que creció hasta que fue derribado. Una vez en el suelo, se
convirtió en el gran Amazonas.
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