En tiempos de debates internacionales sobre el fenómeno alarmante del cambio climático, de decretos que apuntan a conceder licencias ambientales exprés en Colombia, de la lucha de comunidades indígenas contra la minería en el Amazonas y, a la vez, de la restitución de más de 50.000 hectáreas al resguardo embera katío del Alto Andágueda, en el Chocó, en pocas palabras, en tiempos de “ambientalismo esquizofrénico”, en términos de César Rodríguez Garavito, llega la exposición Selva cosmopolítica, que estará desde hoy y hasta diciembre en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia.
El proyecto surgió del trabajo de una suiza, la artista Ursula Biemann. Comisionada por la Universidad de Michigan, Selva jurídica era la única obra que venía en proceso de producción. Tras trabajar en lugares como la Franja de Gaza y África, expondrá en la Nacional, junto al brasileño Pablo Tavares, un proyecto de videoarte e instalación documental que muestra algunos debates jurídicos entre comunidades indígenas amazónicas y empresas petroleras. Su obra se mueve entre el documento y el arte contemporáneo.
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