8.11.16

Un canto al origen de la noche

Imaginando el sonido. Un cielo abierto hacia las raíces ancestrales de nuestros pueblos indígenas colombianos se presenta en el Museo de Arte de la Universidad Nacional.

Llega la noche. En una sala, los rincones se pierden en la inmensidad cubierta con el negro de la oscuridad. Al entrar, una tela negra imposibilita la vista, pero el eco retumba en los oídos y ciertas lenguas que parecían estar muertas aparecen. Alabando a la tierra, glorificando el espíritu de aquellos ancestros que hacen un llamado a su territorio, a la naturaleza, narrando historias. Un olor a tierra. Es el humo y la esencia que deja el paso por los Andes, un regalo que a los visitantes los acerca mucho más a la sabana y selva colombianas. Sus cantos son como un alivio al alma que purifica el espacio más recóndito del ser, son éstos, capaces de recordar una historia nunca antes contada que a través de payés, chamanes y líderes indígenas de seis etnias que habitan las riveras de los ríos Pira Paraná y Apaporis, de Chorrera y Araracuara, de La Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta, interpretan cantos a sus ancestros y a sus rituales indígenas en el Origen de la noche.

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